domingo, 7 de noviembre de 2010

Historias


El carácter de un lugar queda definido muchas veces por su historia, y no podemos negar que Etiopía ha tenido una historia singular dentro del contexto africano, lo que explicaría en cierta medida la naturaleza especial de sus habitantes.

Única en África, Etiopía no fue nunca colonizada, la Italia de Mussolini tuvo una intentona que se quedó en ocupación sangrienta (275.000 etíopes murieron) y que duró cuatro años (1936-1940).

La historia reciente del país, sin querer dar demasiados datos ni aburrir al personal se puede resumir como sigue:

Dictadura del emperador Haile Selassie desde 1941-42 hasta 1974. Este autócrata intentó modernizar el país construyendo algunas escuelas, creando un banco y moneda nacional y abriendo las líneas aéreas etíopes. Pero no era oro todo lo que relucía, su personalidad megalómana mostraba hacia el exterior riquezas y grandes banquetes en su palacio de Addis Abeba mientras el país sufría de una de las peores hambrunas del siglo XX, la de los años 1972-74, en la que la cifra aproximada de muertos fue de 200.000. La oposición a este régimen fue fraguándose tanto entre grupos de estudiantes como militares, y fue un grupo militar radical conocido como el Derg el que apartó al Rey de Reyes (que se consideraba a sí mismo descendiente del rey Salomón) de su trono.

La llegada del Derg al poder supuso la socialización del Estado en un mundo todavía dividido en dos bloques por la Guerra Fría, y se enfrentó a sus opositores de la manera más común entre los humanos: eliminándolos.

Otra horrible hambruna asoló el norte del país en 1984-85 (de esta nos acordamos más, al menos un millón de muertos) y fue el catalizador para que la oposición terminara enfrentándose al régimen en una guerra de liberación que concluiría con la caída del mismo en 1991.

Desde 1991 hasta nuestros días supuestamente se ha intentado construir la democracia, pero el mismo partido lleva en el poder desde entonces y en las elecciones de 2010 ganaron con un 99% de votos a favor. Juzguen ustedes mismos.

Y bueno, otra guerra, esta vez entre Eritrea y Etiopía (1998-2000) por una cuestión fronteriza hace que la zona cercana a dicha frontera todavía hoy sea un lugar a evitar.

Pero no sólo la historia contemporánea marca a la Etiopía de hoy, otros elementos hacen del pueblo etíope un pueblo orgulloso y diferente al resto de África. Etiopía es uno de los pocos Estados africanos que se considera nación desde la historia antigua. El inicio de este sentimiento de nación mezcla mito y realidad y hace que se consideren un pueblo elegido.

Según la leyenda, diez siglos antes del nacimiento de Cristo, gobernaba en estas tierras la reina de Saba. Esta reina había oído hablar de un rey sabio, el rey Salomón, y decidió ir a visitar su corte. Antes de volver de Israel hacia Etiopía, el rey Salomón la conquistó y quedó embarazada. Del fruto de esta unión nació Menelik (hijo de hombre sabio) que sería el futuro rey de Etiopía. Con 20 años, Menelik decidió ir a Israel a conocer a su progenitor, pero antes de volver hacia Etiopía con un grupo de israelíes elegidos por Salomón, robó el Arca de la Alianza, donde se encuentran las Tablas de la Ley con los 10 Mandamientos y la trajo a Etiopía. Es por esto que los etíopes piensan que son el pueblo elegido. Supuestamente el Arca de la Alianza se encuentra en Aksum, nadie puede verla excepto su guardián, que lo es de por vida y debe guardar el secreto.

Así que ya sabéis, si alguno está interesado en convertirse en el próximo Indiana Jones, no tiene más remedio que venir a visitarnos.


1 comentario:

  1. Muy interesante la historia y muy triste también. Menos mal que ellos se creen el pueblo elegido..pero ¿para qué?.

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