domingo, 17 de octubre de 2010

El día a día en la ciudad

Bahir Dar es una ciudad de unos 160.000 habitantes, situada en el noroeste de Etiopía, a orillas del lago Tana, lugar de nacimiento del Nilo Azul. Lo primero que te llama la atención de ella es su tranquilidad, sobre todo si acabas de pasar unos días en la caótica Addis, y su aparente sencillez urbanística, con una gran calle principal asfaltada, otras varias también de alquitrán que salen de ella en forma perpendicular, y todo un conglomerado de barrios y calles adyacentes en donde el barro, las piedras, los charcos y la ausencia de luz artificial te hacen ver dónde te encuentras realmente: África.
Bahir Dar es una ciudad de olores, y a pesar de la primera impresión, de ruido y algarabía, de gente en la calle. Y es que desde que el sol sale hasta que se pone (de 6 de la mañana a 6 de la tarde), uno no para de oir voces, música (la más estridente y horrible que os podáis imaginar) y sonidos de pájaros, burros o cabras. Además, claro está, del terrible concierto de Toyotas y motocarros que inundan las carreteras a cualquier hora.
Y Bahir Dar es una ciudad pobre, aunque supongo que con esto no os sorprendo a ninguno.
¿Y cómo es nuestro día a día en este lugar, os preguntaréis?
Pues tampoco nos extenderemos, pero básicamente, en estos primeros días en los que de momento aún no hemos empezado con nuestras funciones laborales y/o académicas, podemos decir que:
Nos levantamos más o menos pronto, si no con la salida del sol, no mucho más tarde. Retiramos la mosquitera que cubre la nunca cómoda cama de nuestro hotel, y nos quejamos del ruido de afuera que nos ha hecho madrugar tanto. Y pensamos en qué hacer durante la jornada. Por extraño que parezca en ningún momento nos aburrimos, porque sea cual sea la actividad o gestión que nos propongamos, sobre todo si requiere salir al exterior, se convierte en aventura o anécdota curiosa, si no en situación desesperante o destrozadora de nervios, o más allá, en tremenda prueba de fuego para nuestro sistema digestivo. Y es que lo de no tener una cocina propia es muy, muy arriesgado. De hecho, me encuentro escribiendo a las 5 de la tarde de una preciosa tarde de domingo ante la incapacidad física de alejarme más de 10 metros del cuarto de baño.
Pero no nos alejemos del tema. Cosas curiosas de nuestra cotidianidad:
1-. Salir a la calle.
La posibilidad de andar 100 metros sin que te digan una sola palabra es del 0%. Léanse las siguientes expresiones con que los lugareños se dirigen a nosotros:
“You, you! Birr, birr” (moneda local).
“How are you?” (frase que los niños están aprendiendo en el cole, y, por supuesto, han de poner en práctica).
“Where are you go?” (expresión con la que nos preguntan adónde vamos, asunto al parecer de interés general, y que en todo caso, se debería decir: where are you going?, o where do you go?).
“Salam, no?” (expresión en Amhárico, lengua autóctona, para preguntarte cómo estás).
“Farangy, farangy!” (expresión, también en Amhárico, para denominar al extranjero. Más concretamente al hombre blanco).
“Hello, hallo”, y todas las vertientes del “hola”.
“Where are you from?” (al contestarles Spain parece que les mola, supongo que por lo del mundial).
“You have a beautiful body!” (esta sólo se la han dicho a Ana, yo no soy tan afortunado, pero ayer unos niñitos nos dijeron “you are a beautiful couple”).
Y nuestra favorita del ranking y más sorprendente hasta el momento:
“HELLO, MONEY!” (por si había alguna duda acerca de que para la mayoría de los oriundos somos dólares con patas, una pareja de escolares nos soltó esta joya, dando al traste con 26 años de identidad bajo los preciosos nombres de Ana y Marco).
Y bueno, seguro que hay otras muchas cosas de las que no nos enteramos porque las dicen en su idioma, pero como veis, no pasamos desapercibidos.

2- Gestiones varias
Hacer cualquier recado requiere muuuuucho tiempo, y si entraña algo de papeleo, puede extenderse más de un día. Si algo se palpa en el ambiente es calma (alguno lo denominaría incompetencia). Las cosas llevan su marcha, la concepción del tiempo es relativa (de hecho, según el calendario etíope estamos en febrero de 2003), y más vale que te tomes todo con tranquilidad, porque al final muy pocas cosas de penden de ti, y las prisas no llevan a ningún sitio. Véase como ejemplo que cada vez que vas a un restaurante o bar, ya sea a desayunar, comer o cenar, el tiempo medio de espera para que tu plato sea servido (cronometrado) es de 27 minutos. Así que más vale que no vayas con hambre.

3-. Desplazamientos por la urbe.
El medio de transporte público por antonomasia es el motocarro o “bajaj”, especie de taxi de tres plazas con una rueda delantera y dos traseras, cubierto de tela “impermeable” y con una cortinilla lateral a modo de puerta, que alcanza una velocidad máxima aproximada de 20 km/h. Las experiencias en motocarro bien darán para una futura entrada en el blog, así que de momento sólo mencionaremos que el precio se negocia por adelantado y que sus conductores bien podrían haber salido de un Zoco marroquí (un regate que ni Ronaldo).

4-. Gastronomía.
Otro tema que dará mucho que hablar en el futuro, si sobrevivimos a ella. Ya he hecho mención a los dos aspectos básicos de la restauración “bahirdariana” (largas esperas y enormes dolores de estómago), así que os podréis hacer una idea del percal. Sólo decir que contamos las horas para poder entrar en nuestra nueva casa y usar la cocina, porque ¡sí! ¡YA TENEMOS CASA!

5-. Búsqueda de un nuevo hogar.
Una de las actividades principales durante estos primeros días de estancia ha sido la de encontrar morada. Ya habréis leído nuestra anterior fallida experiencia inmobiliaria, así que la mayor parte de nuestros esfuerzos han ido encaminados a dar con una casita cómoda, barata, agradable y sobre todo limpia. La verdad es que no ha sido fácil. Varias caminatas al sol (con quemaduras de cierto grado en nuestras collejas) y muchas frustraciones (parecía que nunca íbamos a encontrar nada de nuestro agrado), pero al final, después de recurrir al “puerta por puerta”, hemos conseguido nuestro objetivo. Resulta que dimos con una familia de estadounidenses que ha vivido aquí los últimos 5 años y cuya figura paterna es un blanco etíope de nacimiento, que habla perfectamente Amhárico y conoce a muchas personas del lugar, así que, así, a base de contactos, nos ha llevado a alquilar una nueva casita muy mona y con un precio más que razonable (no farangy), que en breve podremos habitar (tienen que hacer algunos arreglillos), y que esperemos ¡sea la definitiva!

Y para terminar, deciros que ya tenemos conexión propia a Internet (otra experiencia la vivida hasta conseguirla), así que los que estéis interesados en hablar con nosotros podréis hacerlo a través de ese maravilloso programa llamado skype. Agregadnos a vuestros contactos quienes lo tengáis, y haceos una cuenta los que no.
Pero seguiremos escribiendo aquí por si queréis seguirnos desde la distancia.
Muchos besos.

4 comentarios:

  1. Por lo que veo las cosas aunque lentamente, van mejorando. Desde luego que es una gran aventura, y no parece tan fácil como nos lo hacen ver en "Españoles por el Mundo" o "Callejeros Viajeros".

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  2. La verdad, se me encoge un poquito el corazón leyendo vuestras aventuras..pero parece que todo va un poquito mejor, ¿no? Un abrazo muy fuerte de vuestra tía Laura.

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  3. Jjoder maximo ahi no podeis bajar la guardia ni un segundo u os la clavan al instante. Hable con subi ayer y me contó sobre la alegria que te dan los insectos,lo que me hace imaginar tu cara al tocar esa nevera...aunque claro,con la novia al lado habia que hacerse un poco el macho no??jajaj!
    Animo chaval!ya que tendreis cocina vete buscando el mercadona mas cercano...

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  4. Me imagino que en determinados contextos da igual el día de la semana que sea, el mes y el año...No es justificable, y entiendo que para los funcionarios (no sé si habrá una figura así allí) será importante tener actualizada la fecha, pero digo yo que en el campo o en un hogar donde "sólo" el hombre trabaje les da igual si es lunes o domingo, si están en el 2002 o en el 2011. En fin...¡cuántas cosas nuevas! Mantened el ánimo y el humor como hasta ahora, seguro que os hace falta más adelante.

    Y lo del estómago...seguro que se os ha instalado algún bichito y se ha quedado tan a gusto, yo me traje uno de nicaragua y me acompañó tres semanas. Después de un par de meses vais a haceros inmunes a todo, ya veréis!

    Un beso muy gordo, nice couple!

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